El pueblo se llama Claret, una de las múltiples y variadas realidades rurales típicas de la campiña francesa, entre Nîmes y Montpellier. Las señales se suceden a medida que uno llega a su destino: el gran cartel de piedra que da la bienvenida al viajero, la carretera principal a la cual asoman construcciones rurales de diversas tipologías, hasta llegar finalmente a la plaza central del pueblo. Todo ello dentro del territorio perteneciente al Chemin Des Verriers, que cuenta con una tradición secular en el tratamiento del vidrio, siendo Claret uno de los pocos pueblos de la zona que continúan esta tradición con sus talleres artesanales aún activos a día de hoy.
La farmacia se ha mudado de la plaza principal (que se recuerda aún en el trampantojo (“trompe d’œil”) que sirve de fondo a las cajoneras) a un edificio construído ad hoc a la entrada del pueblo, con los típicos ladrillos color arena de la zona. A pesar de ello, la farmacia Donati sigue siendo un importante baluarte sanitario en la región, con todas las características y servicios de una farmacia de ciudad.
La farmacia ocupa una superficie total de 182 m². El altillo está dividido en 48 m² de despachos, proyectados de manera que puedan servir para un futuro desarrollo de la farmacia, y 22 m² de almacén accesible por medio de una escalera plegable.
Estas dos áreas de la farmacia cuentan con un fuerte atractivo, resaltado por dos elementos en particular: el árbol, símbolo del ruralismo y la naturaleza circundante, que reviste con ligereza el pilar de apoyo de la entreplanta, y las decoraciones florales en vidrio arenado de las barandillas, realizadas, como es lógico, en los talleres artesanales locales mencionados con anterioridad.
Todo estos elementos nos llevan a recrear el ambiente central de una plaza, acentuada por las paredes curvas de los expositores Ral2, que invitan al cliente a encaminarse hacia el punto de venta.
El área abierta al público ocupa 68 m², dejando a la rebotica espacio para 8 cajoneras, que garantizan los requisitos galénicos de la farmacia, y una amplia zona destinada a la clasificación y a la administración. El laboratorio se ubica en la parte adyacente al mostrador, gozando de una vista directa del área de venta.
Las líneas de mobiliario utilizadas han sido Ral1, Ral2 y Ral Classic; que nos han servido para resaltar los distintos sectores de productos. La primera línea se ha destinado al espace conseil que se encuentra detrás del mostrador. La segunda, para los sectores dedicados a los productos parafarmacéuticos, mientras que Ral Classic alberga los sectores de la herboristería y la homeopatía.
La farmacia cuenta con 2 mostradores individuales para uso genérico de la farmacia y venta de medicamentos, y un tercer mostrador exclusivo de la zona cosmética. En un lateral se ubica la sala polifuncional, utilizada tanto para promociones de cosméticos como para tratamientos ortopédicos, por citar sólo dos de sus múltiples usos.
El proyecto lo completan elementos como la iluminación indirecta a led del mobiliario, la calidez de la madera del árbol central y del mueble detrás del mostrador, los puntos de venta con acabado en cobre, o la solución en cristal puro, sin perfiles, de la superficie de apoyo anexa al mostrador para las personas con movilidad reducida. Todos estos elementos, junto con el resto de la farmacia, ayudan a crear contrastes matéricos elegantes y agradables.
Por tanto, se puede decir que el proyecto nace con dos objetivos principales:
– Garantizar una gran funcionalidad de los espacios para los empleados de la farmacia, de manera que no se sientan encerrados entre cuatro paredes llenas de muebles. De hecho, el proyecto arquitectónico ofrece amplios espacios de respiro con una visibilidad a 360°, que permite disfrutar asimismo de la naturaleza circunstante gracias a sus amplios ventanales. Todo ello predispone al trabajador a ofrecer la mejor atención posible al cliente;
– Ofrecer al cliente una farmacia que proponga una atmósfera relajante y, al mismo tiempo, invitante. Con toda la calma del mundo y en un ambiente lleno de encanto, el cliente tiene la posibilidad de ojear los artículos en exposición pasando entre los amplios espacios que comunican los distintos sectores de productos. La suma de estos factores, unidos a la calidez humana del trato recibido, ofrecen al cliente las mejores garantías para sus compras.
En definitiva, estamos convencidos de haber obtenido un resultado final distinguido y de calidad, cuyo respeto y recuerdo por la tradición artesanal de la zona lo elevan a la categoría de símbolo del lugar.